«La analfabeta que era un genio de los números» Jonas Jonasson

Título: La analfabeta que era un genio de los números

Autor: Jonas Jonasson

Nº páginas: 416

Editorial: Salamandra

Sinopsis: Es bien sabido que todos los negros son unos analfabetos. Independientemente de que hayan estudiado o no. Ése es el punto de vista de la sociedad blanca en el Johannesburgo de los años 70. Pero procedente del gueto Soweto llegará Nombeko Mayeki pisando fuerte y los dejará a todos boquiabiertos.

Crítica: La analfabeta que era un genio de los números ha sido la primera novela de Jonas Jonasson que he leído (sí, a pesar del éxito de El viejo que saltó por la ventana y se largó). Y está claro que, te guste el género o no, no deja indiferente. El estilo de redacción y la ironía irrevente que demuestra a lo largo de las páginas resulta un soplo de aire fresco en las ya rancias estanterías de las librerías.

La novela resulta una crítica profunda y rotunda no sólo a la sociedad del apartheid, sino también a la sociedad de hoy en día, en la que demasiado a menudo nos dejamos llevar por las apariencias y no prestamos atención a la gente que nos rodea, yendo por la vida sin tener abierta la mente ni siquiera un ápice. Todo esto nos lo muestra la joven Nombeko a lo largo de los años en los que se desarrolla la novela, enseñándonos que las decisiones hay que tomarlas para bien o para mal o, incluso, hay ocasiones en las que es necesario elegir la opción menos mala.

Con el sentido del humor que Jonasson se trae entre manos, la novela vuela entre los dedos sin ser capaz de frenar el ritmo de la lectura. Simplemente, las carcajadas vienen y van cada poco tiempo, y las ocasiones en las que uno se asombra ante la estupidez humana son sencillamente innumerables, recordándonos que el género humano es capaz de hacer las cosas más sorprendentes por los motivos más increíbles.

Quizás lo único que me ha descolocado ha sido la diferente velocidad de la novela entre la primera parte y la segunda. Mientras Nombeko está en Sudáfrica, los años transcurren lentamente; pero en el momento en que la trama se traslada a Suecia, corren como la pólvora y uno llega a no saber en qué época están sucediendo las cosas. Y teniendo en cuenta que el argumento comienza con el auge del apartheid, en ocasiones resulta chocante que el racismo se haya relegado a un segundo plano tan «fácilmente». Además, al no hacer muchas referencias temporales, nos olvidamos del transcurso del tiempo y de la evolución social, que, desde mi punto de vista, es el eje central de la novela.